El Ave Fénix


Uff… Me siento a escribir estas lineas una vez que he llegado a casa sin muy bien saber como he llegado. Estaba tan embriagada de felicidad. Sólo quería leeros, leeros los twits, los whatsap, los mensajes de voz, las llamadas…. así estamos todos.

Venia hablando con unos amigos, llorando, y ellos solo me dejaban hablar, y yo les decía mientras las lagrimas de felicidad se me caían, con la voz afónica de haber estado 90 minutos sin parar de animar…»Era mas que un partido porque esto ya es mas que un equipo de fútbol, porque merecemos este momento tan feliz después de todo lo que hemos pasado, de esos viajes de tantas horas a Santander, a Donosti, a Sevilla…. de sufrir tantos 90 minutos con miedo a bajar al infierno, de años de palos, de burlas, de faltas de respeto… Ahora me quiero acordar de todo esto porque en aquel tiempo yo seguía sintiéndome orgullosa de mi equipo, como lo estoy ahora, porque sigo diciendo y orgullosa «¡Qué suerte tuvimos aquel dia de bajar para volver con mas fuerza que nunca!».

Y es así. Hemos aprendido a vivir soportando tanto daño que nos da miedo disfrutar, nos da miedo decir en voz alta lo que nuestro corazón se muere por chillar, porque así hemos aprendido a ser, humildes, sin mirar a nadie por encima, solos siempre ante todo y todos, pero sin dejar de creer en nosotros.

Disfrutad. Sed libres de disfrutar de este momento que vivimos porque quizás no volvamos a vivirlo. Sed valientes para seguir diciendo que somos del getafe. Sed inteligentes para mantener los pies en el suelo ante tanto halago de quien siempre nos ha machacado. Sed pasionales para gritar cada gol como si fuera el único. Pero sed del Getafe en las buenas y en las malas, porque esto es una familia y esta maravillosa temporada terminará. Quizás haya jugadores que no estén, el entrenador, quizás algún socio; pero nuestro club seguirá estando, nuestro escudo seguirá siendo nuestro tatuaje en el alma, y ahí tendremos que seguir juntos para hacer lo que mejor se nos da, reinventarnos.

Así somos, no lo olvidéis, el ave fénix.

Escrito por Capitana Azul

@MEsther86

Un Equipazo

Cuando se habla de un equipazo, lo primero que te viene a la cabeza son un conjunto de jugadores de 100 millones la ficha mínimo. Sólo jugadores que llenan portadas de la prensa deportiva y de la otra. Jugadores que abren los noticieros televisivos. Jugadores reconocibles en cualquier rincón del planeta por cualquier persona, aunque no sepa nada de fútbol. Eso es lo primero que generalmente se piensa cuando se habla de un equipazo.

Y luego está los equipazos de verdad. Los equipos que no son sólo un montón de jugadores.

Equipos en los que cada jugador juega por y para sus compañeros.

Equipos en los que sus jugadores están comprometidos al máximo.

Equipos en los que sus jugadores no escatiman nunca en el trabajo ni en el esfuerzo.

Equipos en los que sus jugadores se alegran más del gol del compañero que del propio.

Equipos en los que sus jugadores por naturaleza apoyan al compañero siempre que se encuentre en dificultad.

Equipos en los que sus jugadores todos defienden, todos atacan, todos saben que hacer en cada momento.

Mi equipo es un equipazo.

De individuos y de colectivos

El primer mandamiento de uso de los tópicos es que hay que generalizar, hay que confundir el uno con el todo. Es habitual que para vender una idea se utilice el caso escepcional como ejemplo de una normalidad inexistente.

Está demostrado científicamente que el ser humano se comporta de distinto modo de manera individual que dentro de un grupo. Una idea de lo tribal que era muy necesaria hace cientos de miles de años. En este caldo de cultivo se reproducen con gran éxito las generalidades, los tópicos, las ideas simplistas. Solo es necesaria una semilla plantada en el momento ideal para que brote «una gran verdad» en el colectivo.

Un periodista deportivo del Cádiz con la idea de calentar el partido de su equipo en el Coliseum, sabrá bien el porqué, falta a la verdad en su artículo generalizando momentos puntuales de unos pocos de algo que sucedió hace mas de 10 años. Yo también recuerdo haber estado en ese partido, y recuerdo como de manera generalizada la afición del Getafe aplaudió a la afición del Cádiz después de despedir en su último partido en el Coliseum a Gica. Al periodista solo le interesó mantener en su mente lo que hicieron cuatro indocumentados. Insisto, él sabrá el porqué. Por supuesto que ni ha rectificado ni ha pedido disculpas.

Con esa semilla en el caldo de cultivo del colectivo, la idea de que la afición del Getafe es hostil al Cádiz crece exponencialmente. Meta conseguida. El ambiente se empieza a enrarecer en las redes sociales. Salen viejos hechos provocados por unos pocos cómo si fuera lo normal. Y varios autobuses salen de Cádiz cómo si fueran a Mosul.

Las federaciones de peñas, que son las únicas que parecen tener un poco de criterio, realizan una comida de confraternización. El ambiente general en los aledaños del Coliseum es tranquilo, es para disfrutar de esta banalidad que es el fútbol. No obstante, hay hechos puntuales que empañan algo lo que debería ser una fiesta. Está claro que las federaciones de peñas no son todos los aficionados y que un individuo no es toda la afición.

Cae algo de agua, hace frio, y comienza el partido y el show. La grada visitante comienza a faltarle al respeto a la grada local: «ea, ea, ea, Getafe es una aldea», «Son cuatro gatos»,… Los individuos se convierten en rebaño y se comportan como tal. Ninguna persona con algo de conocimiento recorre en autobus 1.400 kms para ir a insultar a gente que no conoce. Pero el individuo se transforma dentro del rebaño y se deja llevar por los que les falta ese conocimiento del que hablábamos. Y los medios de comunicación que plantaron la semilla catalogan a ese grupo con un comportamiento tan deplorable como una gran afición.

Yo, como individuo, intento evitar dejarme llevar por la tribu porque sí. Esta actitud critica me hace disgustarme por las acciones de alguna individuos que con mis colores no se comportan como yo creo que hay que hacerlo. Supongo que a ellos les pasará lo mismo conmigo. A sus ojos debo ser un sinsangre e incluso algo desleal. No obstante he de reconocer que la generalidad de los azulones son bastante amigos del vive y deja vivir.

Así que aconsejo a aquellos integrantes de «grandes aficiones» que no se dejen llevar por el rebaño. Eso es lo que hará que su afición sea grande de verdad, y no por el número.

Moraleja mas o menos extraída del twitter:

«Prefiero ser uno de los cuatro gatos, que uno de los mil borregos.»

Qué bueno que viniste.

Anoche estuve como otras tantas noches, en el Coliseum. Hoy parecía que iba a ser un poco diferente, estrenábamos categoría. Uno, que ya tiene unos añitos, solo tenía que poner a funcionar la memoria para recordar otros tiempos y que no me sorprendiera el fútbol pastoso típico de la segunda división. Y cómo ya suponía,  a algunos de mis compañeros de bancada, más acostumbrados al jamón, les costaba digerir esto del chopped.

Y allí estaba yo comiendo mis pipas y sufriendo por la falta de gol de mi Getafe. Si el fútbol deja de ser un espectáculo mi mente empieza a divagar. Cómo son las cosas. Que poco apostaba por la vuelta del Cata. Claro que me ilusionaba volver a tenerle en casa. Creía que sería una vieja gloria que vendría a jubilarse. Me decía a mi mismo: «bueno, a mí con el Cata en el vestuario contagiando su fuerza al resto del equipo me vale». Y ahí estaba, en el centro de la defensa. Todos los balones por alto son suyos. Todos los balones divididos son suyos. Todos los delanteros del equipo contrario son suyos.

No es el mismo Cata que nos maravillaba hace 8 años. Pero su colocación y su experiencia se notan y mucho. Qué fortaleza. Qué seguridad. Todos los comentarios sobre el Getafe son del tipo: «esto de la segunda es muy difícil», «hace falta trabajar más el equipo», para concluir con un «¿te has fijado cómo está el Cata?».

Y así estaba yo, con mis pipas y mis pensamientos: «seguro que íbamos a rascar sólo un punto». Y va el Cata, coge la pelota en defensa y tira hacia delante. Diez metros, veinte, treinta,… El campo despertó de su letargo. El Coliseum comenzó a ronronear. Rugir con la falta de costumbre era imposible. Cuarenta metros. Y al Numancia le empezaron a temblar las rodillas. A los azulones nos comenzaron a brillar los ojos. Pase con criterio y ocasión de un equipo por hacer, desperdiciada. Pero eso nos daba igual, el Cata nos había hecho vibrar unos segundos.

¿Cuando fue la última vez que ocurrió algo así en el Coliseum? ¿Cuando un jugador nos había hecho sentir de aquel modo únicamente con su esfuerzo? Y mi mente viajó al pasado. A otra época en la que los partidos se jugaban a las 11:30 los domingos. En la que el veterano recién llegado Gica estaba muy por encima del resto de sus compañeros. Recordaba sus galopadas por la banda, una al final de cada tiempo, que no era cuestión de desfondarse. El Coliseum rugía, entonces si. A los azulones se nos iluminaba la cara. Gica el revulsivo. Gica el que nos hacía vibrar. Eran apenas unos segundos, pero como los disfrutábamos.

Y anoche volví a tener aquella sensación. En primera división hemos tenido momentos parecidos, incluso mejores. Pero misterios de la mente, la acción del Cata me llevó a aquellos años. El Cata nos regaló uno de aquellos momentos. No fue nada mítico ni legendario y seguro que en un par de días lo habré olvidado. Pero la certeza de que el regreso del Cata a Getafe es uno de los mejores inventos para el alma está ahí.

Por lo tanto solo me queda una cosa por decir:

Cata, qué bueno que viniste.

Reinstalando

Estoy jodido. Estamos muy jodidos. Me he quedado vacío, cómo si me hubieran extirpado algún órgano interno por arte de magia. Siento frustración, ira y cada media hora más o menos, me acuerdo de los difuntos de algunos especímenes. Que si el amigo Marcelino, que si la afición del Betis, que si la afición del Sporting, que si el gran intelectual Dani Ceballos, que si Los Manolos, que si Merchán, que si Juanma Castaño, que si Quique Pina, que si Ángel Torres, que si Fran Escribá, que si Pedro León, Álvaro Vázquez, Scepovic y toda la banda, que si la LFP, que si el empedrao,… y volver a empezar.

Supongo que algún día, más pronto que tarde, se me pasará. La frustración, que las ganas de ciscarme en alguno seguro que tarde un par de minutos más. Algo que he aprendido en mi corta edad, tengo taitantos, es que el dolor acaba pasando. Y de esta amargura suelen brotar los recuerdos más dulces (ooooooohh… que mono). El cerebro es un tipo listo, … siempre que no veas Deportes Cuatro, claro. Corres cierto riesgo de lobotomizarte. Y al fin y al cabo, esto es solo fútbol. Una de las mejores escusas para tomarte una cerveza con los amigos o los “pseudoenemigos” que se equivocan siendo de otro equipo. Se les acaba cogiendo cariño a los animalicos.

Así que ya me estoy empezando a planificar para cuando se me pase este mal rollo. Lo primero es pasar de los trolls. Hay una máxima que dice: “No te rebajes al nivel de un imbécil. Siempre te ganará por experiencia”. Así que si me encuentro algún gilí tocándome los tiroriros en Twitter, block+spam. Que se divierta tirándose pedos en una silla de rejilla, pero conmigo no. Lo segundo, ampliar esa extraña habilidad que tengo con el dedo pulgar de la mano derecha. Cuándo hago zapping y por casualidad aparece en la pantalla el Sálvame, en menos de una décima de segundo, instintivamente, he vuelto a cambiar de canal. Pues eso mismo con ciertos elementos teleabusivos. Y en la radio, tener preparada alguna emisora alternativa para el cambio rápido cuando aparezca Juan Manué o similar.

Seguro que me dejo algún truqui, pero creo que la idea va quedando clara. Carpe diem.

¿Y después?

Pues como se arreglan la mayoría de las cosas, habrá que reinstalar. Ya tenemos hechas las copias de seguridad de los recuerdos buenos en el disco duro. Hacemos una revisión que no nos hayamos dejado nada por ahí … y a formatear.

“Que bonito. Formatear. Pero luego habrá que poner algo ¿no? “. ¡Hombre, claro! Si no que necesidad teníamos de borrarlo todo. Lo primero que hay que instalar, la gente esa que está como tú. Mal de la cabeza o con algo del riego. Esas rarezas que andan sueltas por ahí que los Barsamadrileticos no entienden, ni entenderá. Recordad lo que os había dicho de ciertos programas de televisión y el cerebro. Shh… caca.

Hay que pintarlo todo de azul. Todo muy bonito. Con su escudo de Getafe, su aro azul, su balón. Muy cuqui todo. “¡Maestro! Que se nos ha olvidado la pintura azul” Pues alguna equipación de rojo. No problemo.

-¿Y a los mandos?

– Pueeeessss…. Esteeeeee…. Puesss…… pues el de antes.

– ¡¿Tú estás loco?!

– Es que son lentejas.

-¡Cago’n en la calavera de Luca Toni!

– Bueno, ya lo hizo bien antes. Habrá que darle una oportunidad ¿no?

– ¡Grrrrrrrrr….!

Pues se nos olvida una cosa muy, muy importante. Estrenamos categoría. Y como tal hay que comportarse y metérselo en la cabeza. Segunda no es primera. Segunda no es primera. Segunda no es primera… Tanto el señor de barbas cómo el chaval que va con su padre al futbol, tienen que grabarse a fuego esta idea: Segunda no es primera. En segunda división no se juega igual que en primera. Los equipos salen más motivados al jugar contra un grande (ay, que bonito suena) que acaba de llegar a los barrios más humildes. Son promesas en ciernes que te quitan la pelota por velocidad o jugadores experimentados que te quitan la pelota, el tobillo, la tibia, el peroné, la muela del juicio y la caspa de un hachazo.

Y la afición no puede comportarse igual. Es tanta la igualdad en segunda división que el hecho de animar, berrear, abuchear, gritar, silbar y airear las bufandas (todo desde el respeto, que nosotros no vemos a los Innombrables) para forzar situaciones que nos favorezcan son puntos extra que valen oro. Y el silbar a nuestros propios jugadores por qué has tenido bronca con el jefe pues no. Y el callarte porque estás comiendo pipas, pues no. Y el llegar 15 minutos tarde e irte 15 minutos antes por no pillar atascos, pues no. Y el ser tan poco listo por mirar con recelo a otro grupo de animación porque nosotros llegamos antes o porque nosotros somos más guays, pues no.

Y por todo lo que queráis del mundo mundial… ¡queréis hacer el favor de inventar un cántico de animación que no sea la versión de la versión de la versión de la versión de lo que se canta en todos los estadios! Y algo sencillo, y que sea siempre lo mismo. Que a los empanaos nos dé tiempo a aprendérnoslo y sepamos cuando hay que cantarlo. ¡Y ORGANIZACIOOOOOOÓN….! ¡Que somos la GRANDIOSA MINORIA! (nota mental: un cántico con “Somos una Grandiosa Minoría” no estaría mal. Habrá que buscar música y letrista).

-¿Y ya está?

– Pues no. Quedan muchas más cosas, pero es que esto se está quedando un poco largo

-Vale. ¿Nos veremos en el Coliseum?

– No lo dudes

¿Te quedas a mi lado?

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La marea azulona se hizo notar en Vallecas. Marca.com

Nunca me han gustado las cosas fáciles, esas que cuando las tienes pierden como el valor de tenerlas. Siempre me ha gustado la sorpresa, la lucha por conseguir lo que tanto sueñas, el camino para conseguir ir llenando de felicidad tu vida.

Creo que por eso elegí el Getafe, aunque igual aquel domingo que le vi jugar en 2ª también tuvo algo que ver. Del Getafe me enganchó esa ilusión que se respiraba en el Coliseum Alfonso Perez, ese anhelo de Las Margaritas y ver lleno ese campo. Ese equipo de azul que divertía, ilusionaba y llenaba corazones igual de rápido que abonos. El Getafe aquella mañana de domingo me enamoró, pero como las cosas que me gustan en la vida no sería un amor fácil…

Dos años como abonada me bastaron para ver el sueño cumplido de ver a mi equipo, pelear y ascender a primera división. ¿Os habéis fijado? «Mi equipo». Ya le sentía así aunque no sería hasta mas tarde cuando entendería el amor que siento por él.

Era complicado ir hasta Getafe. Por aquellos tiempos no tenía ni edad de tener coche, el metro no había llegado hasta donde vivía e ir cada fin de semana al campo era buscarse las castañas… Pero esa ilusión ya me movía, ya se apoderaba de mi…

Los primeros años en primera fueron magia, creo que es la mejor definición: Magia. Juego, resultados e ilusiones se iban acumulando.

El estadio a reventar, dos finales de copa del rey, jugar en Europa…. Eran buenos tiempos, de estos en los que lucías escudo y sacabas pecho cuando oías «Getafe Club de Fútbol», tiempos que se fueron acabando, no voy a entrar en motivos; pero aun con todo eso apagándose, mi corazón se encendía aun mas de azul. Con cada golpe que nos ponía del revés sacaba aun mas fuerza, en cada situación de miedo a perder la categoría sentía más ese amor al escudo.

Las jornadas, las temporadas, todo pasaba y no era consciente de que me enganchaba más y más a ese amor azul. Cada vez que leía como nos daban por muertos, cómo las estadísticas nos hundían en el infierno, soltaba una lagrima, apretaba los dientes y con la voz medio rota decía: «de esta nos salvamos». Llegue a pensar que el mundo se equivocaba, me veía en el autobús rodeada de azulones, camino de un infierno o de seguir soñando y me daba igual lo que pasase, y que esa situación se repitiera (como fue), porque me sentía orgullosa de todos y cada uno de los azulones que estábamos allí… Porque apostábamos todos por el caballo que decían que no era el ganador. Pero la ilusión, la rabia, y el amor nos daba esa esperanza.

¿Comprendes todo lo que yo viví, verdad? Porque seguramente tu también lo sentiste así… Pues es momento de apretar dientes, soltar lagrimas, pero armarnos de fuerza, ganas y esperanza para luchar por nuestro equipo. Sea cual sea el resultado estaremos orgullosos de luchar al lado de los nuestros, porque todos hemos reído, llorado, disfrutado y sufrido juntos. ¿Cuántas veces te has abrazado al de al lado en un gol?, ¿cuántas veces has criticado algo con el de al lado, aun sin conocerle?, ¿cuántas personas vez felices a tu lado cuando marcamos gol?, ahora piensa en todo esto, coge fuerzas, porque no estas solo, no estamos solos. Cada grito de ánimo, cada cántico, cada garganta rota, todo forma parte de lo que somos.

Nuestro corazón y nuestro escudo seguirán, sea donde sea, ¿te quedas a mi lado?.

#ATuLadoHastaElFinal
#SoyDelGeta

^Capitana Azul^ – @MEsther86

A todos los azulones

A todos los azulones,

Creo que ahora es el momento de hacer esto, no porque antes no lo merezcáis, sino porque es ahora cuando necesito sacar esto desde el corazón.

Querido azulón:

  • A ti, que asistes cada fin de semana al campo a ver a tu equipo y a dejarte la voz.
  • A ti, que por motivos de la vida, no puedes asistir pero animas desde casa con la camiseta azul puesta.
  • A ti, que esperas cada fin de semana para ver a nuestro equipo jugar.
  • A ti, que aguantas burlas constantes sobre nuestra masa social.
  • A ti, que soportas siempre la misma broma «¿ah existís?».
  • A ti, que cuando llegas los lunes al trabajo, o ves a los amigos y se ríen de que hemos perdido sigues con una sonrisa por dentro porque sabes que caer forma parte de seguir creciendo.
  • A ti, que peleas y luchas porque se nos trate como al resto de aficiones.
  • A ti, que disfrutas las previas con tu gente y luces tus colores en nuestra ciudad.
  • A ti, que eres feliz entrando por las puertas del Coliseum.
  • A ti, que llenas el campo con saludos, sonrisas y palmadas.
  • A ti, que formas parte de esta familia.
  • A ti, que celebras un gol y te abrazas con quien tienes al lado aunque no le conozcas.
  • A ti, que sufres cuando el equipo se cae una y otra vez.
  • A ti, que a veces no estas de acuerdo con los cambios de jugadores.
  • A ti, que aunque no te guste un entrenador o un futbolista, lo respetas por que nos representa en el terreno de juego.
  • A ti, que alguna vez has salido enfadado del campo pero los recuerdos han hecho que todo pasara.
  • A ti, que no entiendes porque nuestro presidente no nos ayuda.
  • A ti, que dices orgulloso pase lo que pase «¿Yo? Del Geta».
  • A ti, que formas parte de la marea azul.

!!!!!!GRACIAS!!!!!!

(JAVIER SORIANO (AFP))

Porque todos perseguimos un mismo sueño: nuestro 11º año en primera.

Porque a todos se nos punza el corazón y las lagrimas asoman a nuestros ojos cuando las cuentas, la gente o las circunstancias nos recuerdan que no estamos salvados.

A ti, te quiero dar las gracias por sumar tus palmas a las mías, por sumar tu voz a la mía, por ser parte de este equipo. Porque pase lo que pase, hemos soñado juntos, sufrido juntos, y ahora… nos queda nuestra ultima batalla, nuestra gran batalla, nos quedan 90 minutos. Ese tiempo es el que nos separa el cielo del mismo infierno. Pero sea cual sea el final de la batalla, no olvides que no estás solo, que mires a donde mires, a tu lado hay un azulón de corazón igual que tú.

Es el último partido de estos 10 años en primera, en Vallecas. Si vas, disfruta. Apoya y anima como si fuera al ultima vez. Si no vas, júntate con los tuyos. Cualquier sitio de Getafe (ver nota al final) es bueno y luego… vayamos juntos a recibir a los jugadores, para bien, por otro año mas en primera; para mal… mejor no pensarlo. Porque solo tenemos una cosa en la que pensar, solo una obsesión hasta el domingo: #aunpunto de seguir soñando.

Ahora a nivel personal y como nota, dar las gracias a todos los azulones que han compartido algún momento conmigo en el Coliseum, en los previos o en los viajes. Este equipo me ha hecho feliz deportivamente, pero en lo personal a dado a mi vida gente con una calidad enorme. No pongo nombres porque seguro que alguno me dejaría, pero todos vosotros sabéis quienes sois. Gracias por poder ser parte de este sueño, gracias por formar este sueño. Mención especial a la curva, y a la peña «El Increíble azul».

¡¡¡¡¡A por nuestra última batalla….!!!!!!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡Hasta el Final, vamos Geta!!!!!!!!!!

Capitana Azúl – @MEsther86

(*)Nota de @TiefBlauGetafe:

Definición de Getafe:

  1.  Municipio al sur de Madrid.
  2. Dicesé del suelo pisado por todo azulón de cualquier lugar del mundo en el momento preciso que piensa en el Geta.

(Juan Aguado (Marca.com))

El fútbol es un estado de ánimo.

(noticiasparagetafe.com)

El fútbol es un estado de ánimo. Esta frase se repite cada poco tiempo en alguna entrevista o tertulia deportiva. Parece ese imponderable que va en contra de la razón. ¿Un estado de ánimo, el futbol? En esa frase se está diciendo que la mentalización y el optimismo de un equipo pesa de manera muy significativa en el resultado final. Es decir, que sumando el entrenamiento diario, la forma física, la calidad técnica y táctica, todavía deja un buen margen para que esa animosidad del equipo se note mucho en cada partido.

En el siglo XVI y XVII, la primera infantería de marina de la historia, los tercios de Flandes, aplastaban a la mayoría de los ejércitos del centro y norte de Europa. Eran soldados hambrientos, sin equipación suficiente, buscando una vida lejos de la mísera de las españas. ¿Cual era su secreto para derrotar de una manera tan brutal al enemigo? Sencillo, no podían rendirse. Solo cabía la posibilidad de la victoria o la muerte segura. El enemigo, siempre podría huir y esconderse, los soldados españoles no. Esa era su fortaleza.

No hace demasiado tiempo un equipo recién ascendido, el Getafe el 13/03/2005, recibió por primera vez la visita del Real Madrid de los galácticos: Zidane, Raul, Ronaldo, Figo, Casillas, Roberto Carlos, … Sobre el papel, este equipo tan modesto debería haber sufrido una dura derrota a manos de esos jugadores tan míticos. Pero no fue así. El Getafe salió victorioso de aquel partido con un resultado de 2 a 1, goles de un jovencísimo lateral, Raúl Albiol, y de un ex-canterano del Real Madrid. Riki. Ese equipo no tenía nada que perder, no tenía miedo a la derrota. Por eso ganaron.

El Getafe ya ha pasado por peores crisis que estas. Su desaparición y renacimiento en las categorías regionales en 1983. El homicidio de Sebas, un joven jugador de Villarreal que comenzaba aquella temporada en un Getafe en 2ªB. Un partido dramático en Santander para mantener la permanencia y conseguirla por solo un gol de diferencia contra el Betis en el 2009. Ya sabemos lo que es soportar la adversidad. Somos el Getafe.

Hay una guasa en la afición del Getafe en estas ocasiones. No me preguntéis muy bien el porqué, que yo no lo sé. Aunque algo me sospecho. Cuando el equipo no sabe muy bien como sacar los partidos adelante, cuando hay dudas entre los jugadores y la afición. En ese caso hay que llamar…. al podólogo. Alguno ya me contará de donde viene exactamente esta historia ¿vale?. Pues el podólogo parece que es necesario en este momento. Es necesario el cambio de ánimo del equipo, acabar con los miedos a la derrota que como explicaba al principio parece ser tan importante como el entrenamiento y las charlas técnicas. Un cambio de ánimo en los jugadores que no se paren a lamentarse por el error cometido en la jugada anterior, que solo piensen en el momento, en el instante. Porque no hay nada antes ni después mientras se juega el partido. Solo tus compañeros, tu afición y el balón. Solo eso.

Volviendo a la historia. Aquellos soldados malencarados, zumbándoles la metralla alrededor, con sus picas en ristre durante la batalla, no creo que pensaran en lo que había pasado ayer, en lo que dejaban en casa, …  En su mente solo tendrían la imagen de dar un paso más, uno más. Apretados hombro con hombro con sus compañeros, sus hermanos. Otro paso que seguimos vivos. Otro paso más. No podemos retroceder porque no hay donde retroceder. Otro más. Estamos más cerca. Otro. Solo pensando en el próximo paso. No hay ni ayer ni mañana, solo ahora. Otro paso más. Sin mirar atrás. Sin pensar en mañana, porque el mañana, ahora, no existe.

¿Tenemos un líder?

¿Qué es ser un líder? Podría ponerme a dar definiciones de la Real Academia o utilizar los últimos estudios en sociología sobre este tema. Pero prefiero poner un ejemplo de lo que para mí significa ser un líder.

Un pequeño grupo de personas van andando por un bosque de noche y una de ellas es la que lleva la linterna y la que indica al resto cual es el camino para volver a casa. Esa persona es el líder del grupo, la que por un acuerdo tácito se le da cierta confianza para dirigir al resto. Se asume que por experiencia, trayectoria o conocimientos tiene capacidad para guiar al grupo de sus iguales en caso de apuro, y además asume la responsabilidad.

Más o menos, con los matices que quiera dar cada uno, se puede decir que esa persona en el ejemplo cumple las características de un líder. Una vez que hemos llegado a una definición aproximada viene la pregunta en cuestión ¿El equipo del Getafe C.F. tiene un líder?¿Necesita tener un líder?

Hace unos pocos años, si hubiera hecho esta pregunta, la respuesta más apropiada habría sido: David Belenguer. Así lo sentíamos la afición y creo que no nos equivocábamos. Era la persona que por su carisma y experiencia, guiaba al resto del equipo tanto dentro como fuera del campo. Este liderazgo se notaba en los partidos cuando dirigía al equipo desde el centro de la zaga como un ayudante de entrenador dentro del campo, como empujaba o tranquilizaba a sus compañeros según la ocasión lo requiriera.

David Beleguer (Marca.com)

Desde que se fue Belenguer, lo más cercano a un líder ha sido Javi Casquero. Aunque sus últimas temporadas en el club apenas se notó su aportación como parte fundamental del equipo. Es relevante el hecho acaecido a finales de la temporada 2012 en la que el equipo con los deberes de la permanencia cumplidos les faltó ese empuje para luchar por un mejor puesto en la liga. Les faltó el empuje de un líder que animara al resto de los jugadores. Al año siguiente, ya sin Casquero, el equipo volvió a dejarse llevar en las últimas jornadas para desesperación de los aficionados.

Esta temporada ha comenzado convulsa, y un “pucherazo” les ha quitado la “caraja” a muchos jugadores. Dentro del fútbol practicado por el equipo que no apasiona a muchos “getafistas” se han realizado intervenciones meritorias. Se permanece en puestos de medio-alto de la tabla pero sigue habiendo esa sensación de que el equipo en ciertas partes de la temporada se deja llevar. No hay un líder, un motivador, un “podólogo” (Que alguna vez alguien me explicará el origen de este dicho, aunque lo sospecho) que mantenga la competitividad del equipo. No tenemos un Cholo en el banquillo, 19 equipos de 1ª División no lo tenemos; es por eso que pienso que el equipo necesita un líder en el vestuario y en el campo. ¿Quién puede ser?

-Jaime Gavilán: Es el capitán por su antigüedad en el club. Tiene todo el cariño de la afición pero quizás su carácter o su actual posición de suplente en el equipo, no transmite ese liderazgo.

– Rafa López: Igual que Gavilán, con más participación y algo menos de peso específico en el imaginario de la afición. Tampoco por su carácter transmite esa capacidad de ser el líder.

– Pedro León: Actualmente el jugador estrella. Siendo parte fundamental del equipo, su tendencia a cierto individualismo no parece que se preste a ser el líder.

– Miguel Ángel Moyá: El jugador más “imprescindible” del equipo según muchos aficionados. Aunque sí cumple ciertos aspectos para serlo, no parece que esté lo esté siendo.

-Borja Fernandez: Uno de los artífices del “Buen Rollismo” del vestuario.  Esta temporada se ha reivindicado en el centro del campo para sorpresa y alegría de muchos. La finalización de su contrato esta temporada quizás le impida asumir ese rol.

– Jordi Codina: Otro hermano mayor con “Buen Rollo”. Su falta de partidos por culpa de su “brother” quizás le quita condiciones para tomar ese puesto si quisiera.

– Diego Castro: El esforzado nato. No le saldrán las cosas, pero no deja de entregar esfuerzo. Aunque por trayectoria y experiencia parece el líder natural, no se siente que tome esa difícil responsabilidad.

Me dejo en esta relación a jugadores que quizás también puedan asumir ese rol, y quizás alguno de ellos lee este texto y replica para si mismo “pues soy yo el que tiene que tirar del carro y ni me nombras”. Puede ser, puede ser. Pero creo que ahora mismo el equipo sufre una falta de liderazgo y que las posibilidades de tener un líder no son muchas. Y que esa capacidad de ser líder no se elige, se tiene o no se tiene, y que aún teniéndola hay que asumir ese papel con toda la responsabilidad que conlleva. No es fácil y muchas veces no merece la pena para quien acaba cubriendo ese puesto.

Porque a todo esto, ser líder es como resultado de unas aptitudes, una responsabilidad de la persona que lo puede llegar a ser. Pero también de un rol otorgado por el resto del equipo, y en eso no manda nadie.

¿Tenemos un líder?

Mañana empezamos de nuevo.

Getafe C.F. 2004-2005 (Fuente getafecf.com)

Mañana empezamos de nuevo. Mañana el equipo azulón vuelve a esta decadente liga de las estrellas a mantenerse un año más en lo más alto de la competición nacional. Esta temporada no es como las otras, es la décima temporada. De momento solo la diferencia del resto esto, el número ordinal redondo. Ya empiezo a recordar vagamente cuando hace diez años las semanas antes al inicio de la liga nos sorprendíamos con los fichajes y cesiones de “la temporada en primera” del Getafe. Pocos daban a este equipo más de un año en la liga de los galácticos: Raul, Figo, Zidane, Beckham, Ronaldo (el bueno según un entrenador portugués cuyo nombre no recuerdo), … y de los chicos de Rijkaark: Ronaldinho, Deco, Eto’o y un chavalillo argentino de 17 años que empezaba a jugar con los mayores… Todo olía a nuevo y a ilusión.

Fichamos a un nuevo entrenador conocido solo por su pasado como jugador: Quique Sánchez Flores que tenía como experiencia entrenar al filial del Valencia. Fichamos y cogimos cesiones de jóvenes jugadores de las canteras del Valencia, Real Madrid y Atlético de Madrid: Raul Albiol, Riki y Gabi. Y nos enteramos que el  jugador valenciano tiene un grave accidente viniendo a Getafe a firmar el contrato. Ya empezamos mal, decían algunos en la Plaza Palacios a la sombra de la estatuilla de la Cibelina. Se hará lo que se pueda, de este año no pasamos, un añito es un añito y habrá que disfrutarlo, y el año que viene dios dirá. Si se hubiera quedado Uribe, menos mal que nos queda Gica, Pachón y Cotelo… ¿Y qué tal juega el tal Pernía ese?

Y comenzamos a andar en Zaragoza a finales de agosto, y un canterano del Getafe, José Antonio,  en su única aparición en primera división marca el primer gol. Un partido que comenzamos ganando y terminamos perdiendo 3-1. Y viene el Mallorca al Coliseum en el primer partido en casa y nos vuelven a ganar. Nos vamos a Soria, a jugar contra el “asequible” Numancia y volvemos a perder. Nos van a dar más que a una estera, en marzo ya estamos descendidos vereis,…

Y llegó el partido contra el líder de la competición en aquel momento, RCD Español, y ganamos con gol en propia puerta de Ibarra. Bueno, son nuestros primeros 3 puntos en la historia del Getafe en “La Liga”. Hemos tenido suerte, mucha suerte. Corremos mucho pero no acabamos obteniendo resultados. El desánimo sobrevolaba Getafe. Nos vamos al difícil campo del Osasuna y nos vuelven a ganar. Tres puntos en cinco partidos, somos carne de descenso. Y llega el primer histórico a Getafe, al Coliseum. Llega el Athletic Club de Bilbao. Es la última vez que visitará el Coliseum, se oía. Nos van a pasar por encima, veréis.  Y Pachón volvió a desatar la euforia en la grada azulona, tres goles al gigante vizcaíno, y un gran partido de todo el equipo que hizo que la tarde del domingo 3 de octubre de 2004, ese municipio dejase de ser “un barrio” de Madrid, o localidad de situación imprecisa en el área metropolitana de la capital. España nos comenzó a situar en el mapa. Y el lunes siguiente esa llegada al trabajo o a la universidad, esas palmaditas en los hombros. Parece que ya sabéis ganar pero no os confiéis que todavía estáis ahí abajo …

Todo lo demás es historia que se puede buscar en las hemerotecas o bases de datos, o en los propios recuerdos con 10 años menos en los que la ilusión suplía las supuestas carencias de este equipo novato. Ahora iniciamos la décima temporada con más sombras que luces, con un entrenador que no convence a la mayoría de la parroquia por el juego que plantea. Y a unos jugadores que no transmiten motivación. Unas gradas desangeladas a causa de … bueno, de muchas causas. Un país que no está en la cresta de la ola como estaba hace 10 años y que se nota terriblemente en todo. Pero echando una mirada atrás uno se pregunta ¿este será el final de ese “añito” o el principio de otro ciclo de éxitos? Dentro de 10 años os lo diré…