La Superliga

Todo esto es mentira.

Hace tiempo que algunos señoros mayores (sic) adornamos con nuestros pesados quejidos las redes sociales. «Cosas de maduritos achacosos» dirá la chavalería TikToker. Seguramente tendrán razón. El fútbol que añoramos ya hace tiempo que no existe, o por lo menos no viste las camisetas de nuestros equipos.

Al fútbol se jugaba los domingos. Si eras de un equipo modesto, por la mañana después de desayunar con los amigos, y después a tomar unas cañas comentando a grito pelao en el bar que con Manolín de volante izquierdo no íbamos a superar al Sporting de la Nava en la liga otro año más.

Si eras de un equipo «profesional» el domingo por la tarde después de tomar café con los amigos y aconsejar al árbitro que debería visitar al optometrista durante todo el partido, se celebraba el tercer tiempo recordando como Ambrosio II había conseguido librarnos del gol de la derrota contra el F.C. Internacional.

Y si no podías ir a ver el fútbol, seguías el partido por ese aparato a pilas llamado transistor, donde un locutor con acento sudamericano dibujaba en tu mente las gestas de Manolín y de Ambrosio II entre anuncios de puritos y coñases aptos para todos los públicos.

Y el fútbol tenía una magia que no tiene ningún otro deporte. Era imprevisible. No era raro que un equipo modesto ganara a uno poderoso. Casi todas las jornadas «saltaba una sorpresa en Las Gaunas (o estadio de similares características)», David vencía a Goliath contra la lógica de las pesetas. Era un deporte de 11 contra 11. En el que cada poco tiempo, si había una conjunción de los astros, el pobre ganaba al rico. El fútbol era de los aficionados al fútbol.

Pero eso comenzó a cambiar cuando se vió que el fútbol podía generar mucho dinero. Llegaron petrodolares, fondos de inversión, cotizaciones en bolsa. El fútbol se convirtió principalmente en un negocio. Se invirtieron grandes sumas de dinero por parte de las televisiones para ofrecer un espectaculo único en el mundo. Y ese dinero hay que rentabilizarlo. Horarios para los televidentes internacionales ajustados al mejor postor aunque perjudique al aficionado que va al campo, impedimento a las radios a retransmitir los partidos. No se puede dejar nada. Hay que rebañar todo el plato.

Y son insaciables.

Y más partidos de los que generan más «share», donde poder colocar millones de anuncios de apuestas. Más dinero, más dinero, más dinero. Y evitar cada vez con mayor impunidad las sorpresas. No. David no puede ganar a Goliath. Goliath genera muchos más beneficios. Hay que domesticar el espectáculo. Ya no es un deporte. No se esconden.

¿Pero y los medios de comunicación no dicen nada? ¡Ja, ja, ja! Los medios son partes del tinglado. Reuniones a voces de energúmenos que han vendido todo lo que tienen para ofrecer más espectáculo. No importa el fútbol, lo importante es el «share», la pasta, los anuncios de apuestas. El recoger las migajas que dejan los propietarios del circo.

Ahora varios clubes han decidido que para qué van a repartir el dinero que generan con los dinosaurios que vendieron su alma, y que van a realizar una novedosa y espectacular «Superliga» entre ellos y ellos en el que cualquier asomo de equipo modesto no va a existir. Todo será lógico, milimetrado. La película acabará siempre bien y el explorador blanco matará al indígena feo y se llevará a la chica mientras millones de personas cenando pizzas precocinadas, solos, en sus casas, gastan dinero en apuestas para engordar el espectáculo. Money, money.

¿ Y el aficionado al fútbol? Cada vez quedan menos. La mayoría son aficionados al merchandising, a los resúmenes digeribles de 5 minutos para consumo rápido, al malabarismo, al Cirque du Soleil, pero al fútbol no. Esto ya no es fútbol (Es la Liga)

¿Y el Getafe? Pues en esa Superliga de pijos ni está ni se le espera. Y las ligas locales perderán el glamour y las campanillas. Y si no hay interés, los horarios volverán a los domingos, al café de antes y a las cañas de después con los amigos. Y seremos los cuatro gatos de siempre que gritaremos los huys como goles y aplaudiremos los despejes como si fueran regates virtuosos. Y comeremos bocadillos de panceta a la plancha en el descanso. Y brillaremos mucho menos pero seremos más felices, porque a nosotros nos gusta el fútbol.

Así que a esos equipos que se van a montar su circo de tres pistas:

«Tanta paz llevéis como descanso dejais»

PD.: Anoche la pizza que cené fué de cuatro quesos.

El Ave Fénix


Uff… Me siento a escribir estas lineas una vez que he llegado a casa sin muy bien saber como he llegado. Estaba tan embriagada de felicidad. Sólo quería leeros, leeros los twits, los whatsap, los mensajes de voz, las llamadas…. así estamos todos.

Venia hablando con unos amigos, llorando, y ellos solo me dejaban hablar, y yo les decía mientras las lagrimas de felicidad se me caían, con la voz afónica de haber estado 90 minutos sin parar de animar…»Era mas que un partido porque esto ya es mas que un equipo de fútbol, porque merecemos este momento tan feliz después de todo lo que hemos pasado, de esos viajes de tantas horas a Santander, a Donosti, a Sevilla…. de sufrir tantos 90 minutos con miedo a bajar al infierno, de años de palos, de burlas, de faltas de respeto… Ahora me quiero acordar de todo esto porque en aquel tiempo yo seguía sintiéndome orgullosa de mi equipo, como lo estoy ahora, porque sigo diciendo y orgullosa «¡Qué suerte tuvimos aquel dia de bajar para volver con mas fuerza que nunca!».

Y es así. Hemos aprendido a vivir soportando tanto daño que nos da miedo disfrutar, nos da miedo decir en voz alta lo que nuestro corazón se muere por chillar, porque así hemos aprendido a ser, humildes, sin mirar a nadie por encima, solos siempre ante todo y todos, pero sin dejar de creer en nosotros.

Disfrutad. Sed libres de disfrutar de este momento que vivimos porque quizás no volvamos a vivirlo. Sed valientes para seguir diciendo que somos del getafe. Sed inteligentes para mantener los pies en el suelo ante tanto halago de quien siempre nos ha machacado. Sed pasionales para gritar cada gol como si fuera el único. Pero sed del Getafe en las buenas y en las malas, porque esto es una familia y esta maravillosa temporada terminará. Quizás haya jugadores que no estén, el entrenador, quizás algún socio; pero nuestro club seguirá estando, nuestro escudo seguirá siendo nuestro tatuaje en el alma, y ahí tendremos que seguir juntos para hacer lo que mejor se nos da, reinventarnos.

Así somos, no lo olvidéis, el ave fénix.

Escrito por Capitana Azul

@MEsther86

De individuos y de colectivos

El primer mandamiento de uso de los tópicos es que hay que generalizar, hay que confundir el uno con el todo. Es habitual que para vender una idea se utilice el caso escepcional como ejemplo de una normalidad inexistente.

Está demostrado científicamente que el ser humano se comporta de distinto modo de manera individual que dentro de un grupo. Una idea de lo tribal que era muy necesaria hace cientos de miles de años. En este caldo de cultivo se reproducen con gran éxito las generalidades, los tópicos, las ideas simplistas. Solo es necesaria una semilla plantada en el momento ideal para que brote «una gran verdad» en el colectivo.

Un periodista deportivo del Cádiz con la idea de calentar el partido de su equipo en el Coliseum, sabrá bien el porqué, falta a la verdad en su artículo generalizando momentos puntuales de unos pocos de algo que sucedió hace mas de 10 años. Yo también recuerdo haber estado en ese partido, y recuerdo como de manera generalizada la afición del Getafe aplaudió a la afición del Cádiz después de despedir en su último partido en el Coliseum a Gica. Al periodista solo le interesó mantener en su mente lo que hicieron cuatro indocumentados. Insisto, él sabrá el porqué. Por supuesto que ni ha rectificado ni ha pedido disculpas.

Con esa semilla en el caldo de cultivo del colectivo, la idea de que la afición del Getafe es hostil al Cádiz crece exponencialmente. Meta conseguida. El ambiente se empieza a enrarecer en las redes sociales. Salen viejos hechos provocados por unos pocos cómo si fuera lo normal. Y varios autobuses salen de Cádiz cómo si fueran a Mosul.

Las federaciones de peñas, que son las únicas que parecen tener un poco de criterio, realizan una comida de confraternización. El ambiente general en los aledaños del Coliseum es tranquilo, es para disfrutar de esta banalidad que es el fútbol. No obstante, hay hechos puntuales que empañan algo lo que debería ser una fiesta. Está claro que las federaciones de peñas no son todos los aficionados y que un individuo no es toda la afición.

Cae algo de agua, hace frio, y comienza el partido y el show. La grada visitante comienza a faltarle al respeto a la grada local: «ea, ea, ea, Getafe es una aldea», «Son cuatro gatos»,… Los individuos se convierten en rebaño y se comportan como tal. Ninguna persona con algo de conocimiento recorre en autobus 1.400 kms para ir a insultar a gente que no conoce. Pero el individuo se transforma dentro del rebaño y se deja llevar por los que les falta ese conocimiento del que hablábamos. Y los medios de comunicación que plantaron la semilla catalogan a ese grupo con un comportamiento tan deplorable como una gran afición.

Yo, como individuo, intento evitar dejarme llevar por la tribu porque sí. Esta actitud critica me hace disgustarme por las acciones de alguna individuos que con mis colores no se comportan como yo creo que hay que hacerlo. Supongo que a ellos les pasará lo mismo conmigo. A sus ojos debo ser un sinsangre e incluso algo desleal. No obstante he de reconocer que la generalidad de los azulones son bastante amigos del vive y deja vivir.

Así que aconsejo a aquellos integrantes de «grandes aficiones» que no se dejen llevar por el rebaño. Eso es lo que hará que su afición sea grande de verdad, y no por el número.

Moraleja mas o menos extraída del twitter:

«Prefiero ser uno de los cuatro gatos, que uno de los mil borregos.»

No en mi nombre

No os entiendo. Lo siento, pero ni os entiendo ni puedo compartir vuestra manera de ver el fútbol. Sé que sois los que más animan en el campo, los que más apoyais al equipo lejos de casa. Esas cosas son de admirar y de agradecer. Pero todos esos extras que os gastais gratuitamente, ni los entiendo ni los comparto. Me provocan incomodidad y rechazo. No entiendo la necesidad de la violencia (normalmente verbal) cuando va uno a ver a su equipo.

Quizás sea ya una persona demasiado mayor. O quizás tenga una sensibilidad excesiva para este siglo. Pero la violencia nunca ha sido solución de nada y solo sirvió para causar problemas. Ni lo entiendo y ni lo entendí. Dedicar 20 minutos a insultar al equipo vecino que vive ahora las mieles del olímpo donde vivíamos hace unos meses no tiene sentido ni explicación. Cómo afición nos da una imagen de acomplejados. paletos y rencorosos. Y yo no soy ni lo uno ni lo otro. Alguno me diréis que «no se quién» se ha burlado de nosotros. Yo tengo la suficiente personalidad para que sólo se burle de mi quien puede y no quien quiere. Pero ésto seguramente me lo dan los años.

Luego está esa inquina a la afición del Numancia que seguramente viene causada por temas personales entre los 25 individuos de uno y otro grupo. Temas personales que parece que queráis contagiar a los miles de aficionados de uno y otro equipo. Yo quiero vestir mi azulona por Soria, Santander, Vallecas y Leganés del mismo modo que alguien de su equipo puede vestir su camiseta tranquilamente a mi lado.Sin tener que taparme la cara o tener que ir arropado por mis «camaradas».

Insisto que no lo entiendo. No entiendo que esté jugando tu equipo y estar tanto tiempo recordando a otro que ni juega en tu campo ni en tu liga. Comprendo tener algo de sorna deportiva contra el adversario más cercano en algún momento. Pero dedicarle tanto tiempo me parece de aficiones pueblerinas que no saben disfrutar de sus éxitos tanto cómo de las desgracias que le puedan ocurrir al enemigo.

Yo tengo amigos del Leganés a los que les he vacilado todo lo que puedo y más. Y ellos han vacilado conmigo porque estaban en su derecho y porque al final acabamos metiéndonos con los del Madrid o los del Atleti. Todo dentro de la confianza de conocernos y de la amistad; y siempre sin la falta de respeto. Utilizamos el fútbol cómo una escusa para el buen rollo, para dar chispa a la cerveza en la barra del bar, o al veneno conocido cómo café de máquina.

También aprovecho para informaros que ni el Geta es de Torres, ni tampoco es vuestro. Ni siquiera representais al pensamiento de la afición azulona. Corremos el riesgo que por vosotros que no sobrepasáis las 40 personas, un 1% de la gente que estuvo el viernes en el campo, se crean que todos los demas pensamos igual que vosotros.

Sé que esto que os escribo no va a ser de vuestro agrado. Alguno lo razonará con insultos. Eso sólo me dará mas argumentos para seguir pensando como pienso. El fútbol no es un campo de batalla y la violencia debe salir de la vida. Ya bastante se cuida la vida de venirnos a joder para ir buscando problemas.

Siempre que animais al Geta me tendréis a vuestro lado, pero con el insulto me tendréis en contra. Por favor, no lo hagáis en mi nombre ni en el del Geta.

Reinstalando

Estoy jodido. Estamos muy jodidos. Me he quedado vacío, cómo si me hubieran extirpado algún órgano interno por arte de magia. Siento frustración, ira y cada media hora más o menos, me acuerdo de los difuntos de algunos especímenes. Que si el amigo Marcelino, que si la afición del Betis, que si la afición del Sporting, que si el gran intelectual Dani Ceballos, que si Los Manolos, que si Merchán, que si Juanma Castaño, que si Quique Pina, que si Ángel Torres, que si Fran Escribá, que si Pedro León, Álvaro Vázquez, Scepovic y toda la banda, que si la LFP, que si el empedrao,… y volver a empezar.

Supongo que algún día, más pronto que tarde, se me pasará. La frustración, que las ganas de ciscarme en alguno seguro que tarde un par de minutos más. Algo que he aprendido en mi corta edad, tengo taitantos, es que el dolor acaba pasando. Y de esta amargura suelen brotar los recuerdos más dulces (ooooooohh… que mono). El cerebro es un tipo listo, … siempre que no veas Deportes Cuatro, claro. Corres cierto riesgo de lobotomizarte. Y al fin y al cabo, esto es solo fútbol. Una de las mejores escusas para tomarte una cerveza con los amigos o los “pseudoenemigos” que se equivocan siendo de otro equipo. Se les acaba cogiendo cariño a los animalicos.

Así que ya me estoy empezando a planificar para cuando se me pase este mal rollo. Lo primero es pasar de los trolls. Hay una máxima que dice: “No te rebajes al nivel de un imbécil. Siempre te ganará por experiencia”. Así que si me encuentro algún gilí tocándome los tiroriros en Twitter, block+spam. Que se divierta tirándose pedos en una silla de rejilla, pero conmigo no. Lo segundo, ampliar esa extraña habilidad que tengo con el dedo pulgar de la mano derecha. Cuándo hago zapping y por casualidad aparece en la pantalla el Sálvame, en menos de una décima de segundo, instintivamente, he vuelto a cambiar de canal. Pues eso mismo con ciertos elementos teleabusivos. Y en la radio, tener preparada alguna emisora alternativa para el cambio rápido cuando aparezca Juan Manué o similar.

Seguro que me dejo algún truqui, pero creo que la idea va quedando clara. Carpe diem.

¿Y después?

Pues como se arreglan la mayoría de las cosas, habrá que reinstalar. Ya tenemos hechas las copias de seguridad de los recuerdos buenos en el disco duro. Hacemos una revisión que no nos hayamos dejado nada por ahí … y a formatear.

“Que bonito. Formatear. Pero luego habrá que poner algo ¿no? “. ¡Hombre, claro! Si no que necesidad teníamos de borrarlo todo. Lo primero que hay que instalar, la gente esa que está como tú. Mal de la cabeza o con algo del riego. Esas rarezas que andan sueltas por ahí que los Barsamadrileticos no entienden, ni entenderá. Recordad lo que os había dicho de ciertos programas de televisión y el cerebro. Shh… caca.

Hay que pintarlo todo de azul. Todo muy bonito. Con su escudo de Getafe, su aro azul, su balón. Muy cuqui todo. “¡Maestro! Que se nos ha olvidado la pintura azul” Pues alguna equipación de rojo. No problemo.

-¿Y a los mandos?

– Pueeeessss…. Esteeeeee…. Puesss…… pues el de antes.

– ¡¿Tú estás loco?!

– Es que son lentejas.

-¡Cago’n en la calavera de Luca Toni!

– Bueno, ya lo hizo bien antes. Habrá que darle una oportunidad ¿no?

– ¡Grrrrrrrrr….!

Pues se nos olvida una cosa muy, muy importante. Estrenamos categoría. Y como tal hay que comportarse y metérselo en la cabeza. Segunda no es primera. Segunda no es primera. Segunda no es primera… Tanto el señor de barbas cómo el chaval que va con su padre al futbol, tienen que grabarse a fuego esta idea: Segunda no es primera. En segunda división no se juega igual que en primera. Los equipos salen más motivados al jugar contra un grande (ay, que bonito suena) que acaba de llegar a los barrios más humildes. Son promesas en ciernes que te quitan la pelota por velocidad o jugadores experimentados que te quitan la pelota, el tobillo, la tibia, el peroné, la muela del juicio y la caspa de un hachazo.

Y la afición no puede comportarse igual. Es tanta la igualdad en segunda división que el hecho de animar, berrear, abuchear, gritar, silbar y airear las bufandas (todo desde el respeto, que nosotros no vemos a los Innombrables) para forzar situaciones que nos favorezcan son puntos extra que valen oro. Y el silbar a nuestros propios jugadores por qué has tenido bronca con el jefe pues no. Y el callarte porque estás comiendo pipas, pues no. Y el llegar 15 minutos tarde e irte 15 minutos antes por no pillar atascos, pues no. Y el ser tan poco listo por mirar con recelo a otro grupo de animación porque nosotros llegamos antes o porque nosotros somos más guays, pues no.

Y por todo lo que queráis del mundo mundial… ¡queréis hacer el favor de inventar un cántico de animación que no sea la versión de la versión de la versión de la versión de lo que se canta en todos los estadios! Y algo sencillo, y que sea siempre lo mismo. Que a los empanaos nos dé tiempo a aprendérnoslo y sepamos cuando hay que cantarlo. ¡Y ORGANIZACIOOOOOOÓN….! ¡Que somos la GRANDIOSA MINORIA! (nota mental: un cántico con “Somos una Grandiosa Minoría” no estaría mal. Habrá que buscar música y letrista).

-¿Y ya está?

– Pues no. Quedan muchas más cosas, pero es que esto se está quedando un poco largo

-Vale. ¿Nos veremos en el Coliseum?

– No lo dudes

¿Te quedas a mi lado?

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La marea azulona se hizo notar en Vallecas. Marca.com

Nunca me han gustado las cosas fáciles, esas que cuando las tienes pierden como el valor de tenerlas. Siempre me ha gustado la sorpresa, la lucha por conseguir lo que tanto sueñas, el camino para conseguir ir llenando de felicidad tu vida.

Creo que por eso elegí el Getafe, aunque igual aquel domingo que le vi jugar en 2ª también tuvo algo que ver. Del Getafe me enganchó esa ilusión que se respiraba en el Coliseum Alfonso Perez, ese anhelo de Las Margaritas y ver lleno ese campo. Ese equipo de azul que divertía, ilusionaba y llenaba corazones igual de rápido que abonos. El Getafe aquella mañana de domingo me enamoró, pero como las cosas que me gustan en la vida no sería un amor fácil…

Dos años como abonada me bastaron para ver el sueño cumplido de ver a mi equipo, pelear y ascender a primera división. ¿Os habéis fijado? «Mi equipo». Ya le sentía así aunque no sería hasta mas tarde cuando entendería el amor que siento por él.

Era complicado ir hasta Getafe. Por aquellos tiempos no tenía ni edad de tener coche, el metro no había llegado hasta donde vivía e ir cada fin de semana al campo era buscarse las castañas… Pero esa ilusión ya me movía, ya se apoderaba de mi…

Los primeros años en primera fueron magia, creo que es la mejor definición: Magia. Juego, resultados e ilusiones se iban acumulando.

El estadio a reventar, dos finales de copa del rey, jugar en Europa…. Eran buenos tiempos, de estos en los que lucías escudo y sacabas pecho cuando oías «Getafe Club de Fútbol», tiempos que se fueron acabando, no voy a entrar en motivos; pero aun con todo eso apagándose, mi corazón se encendía aun mas de azul. Con cada golpe que nos ponía del revés sacaba aun mas fuerza, en cada situación de miedo a perder la categoría sentía más ese amor al escudo.

Las jornadas, las temporadas, todo pasaba y no era consciente de que me enganchaba más y más a ese amor azul. Cada vez que leía como nos daban por muertos, cómo las estadísticas nos hundían en el infierno, soltaba una lagrima, apretaba los dientes y con la voz medio rota decía: «de esta nos salvamos». Llegue a pensar que el mundo se equivocaba, me veía en el autobús rodeada de azulones, camino de un infierno o de seguir soñando y me daba igual lo que pasase, y que esa situación se repitiera (como fue), porque me sentía orgullosa de todos y cada uno de los azulones que estábamos allí… Porque apostábamos todos por el caballo que decían que no era el ganador. Pero la ilusión, la rabia, y el amor nos daba esa esperanza.

¿Comprendes todo lo que yo viví, verdad? Porque seguramente tu también lo sentiste así… Pues es momento de apretar dientes, soltar lagrimas, pero armarnos de fuerza, ganas y esperanza para luchar por nuestro equipo. Sea cual sea el resultado estaremos orgullosos de luchar al lado de los nuestros, porque todos hemos reído, llorado, disfrutado y sufrido juntos. ¿Cuántas veces te has abrazado al de al lado en un gol?, ¿cuántas veces has criticado algo con el de al lado, aun sin conocerle?, ¿cuántas personas vez felices a tu lado cuando marcamos gol?, ahora piensa en todo esto, coge fuerzas, porque no estas solo, no estamos solos. Cada grito de ánimo, cada cántico, cada garganta rota, todo forma parte de lo que somos.

Nuestro corazón y nuestro escudo seguirán, sea donde sea, ¿te quedas a mi lado?.

#ATuLadoHastaElFinal
#SoyDelGeta

^Capitana Azul^ – @MEsther86

Que poquito nos queda

Ya se va acabando el verano y vamos volviendo a la rutina. Quedan pocas semanas para que se acabe el calor y el solecito. Ahora nos miramos en el espejo y vemos los resultados que han dejado en nuestros cuerpos esas terracitas y esas siestas maratonianas. Algunos habréis estado en la playa, otros en la montaña o habréis disfrutado de una ciudad casi vacía en verano. Pero se acaba.

Y con el final del verano te acuerdas de esa «maldita» pasión tuya por el Geta. Sí, el abono está en la repisa del armario desde julio. Cosas del tío de la barba y de las fechas de renovación. Las bufandas, la gorra, las camisetas, todo en orden. Bueno, todo no.

El corazón, ¿dónde lo habré dejado?. Ah, ya sé. Después del partido en Vallecas estaba bastante agotado y lo guardé. Lo he buscado y está arrugadito en un rincón del cajón. Pobrecito. Lo he sacado, le he quitado el polvillo y unas pocas telarañas. Pero aún así no tenía muy buen aspecto.

Lo he puesto en la ventana para que le dé el solecillo, a ver si con el calorcillo mejoraba. Y algo ha mejorado pero no lo suficiente. Este corazón mio creo que necesita un poquito de alimento para ponerse en forma.

Me he puesto a seguir los posibles fichajes y bajas del equipo. A empaparme de como ha sido la pretemporada, a ver videos de partidos. Y mi corazoncito azulón ha comenzado a latir poquito a poco. Como veía que se animaba le he puesto el himno del Getafe y me ha sonreído.

Lo he vestido con su camiseta y le he recordado que este finde ya hay partido en Vigo. Hemos visto juntos el 4-0 al Barça, y nos hemos puesto como locos con los goles de Pachón. Hemos discutido que si este año luchamos por Europa o bastante tenemos con aguantar un añito más. Nos hemos reído recordando a «Dinamita Guerrón». Y no he querido sacar lo del Bayern, que todavía no le veo preparado.

Pero creo que me he pasado. Se ha puesto enorme. ¿Ahora como llevo este corazón para ir a Coliseum?

Ángel Urquiza – Panoramio.com (Corazón Azúl – Delft – Paises Bajos)

 

A todos los azulones

A todos los azulones,

Creo que ahora es el momento de hacer esto, no porque antes no lo merezcáis, sino porque es ahora cuando necesito sacar esto desde el corazón.

Querido azulón:

  • A ti, que asistes cada fin de semana al campo a ver a tu equipo y a dejarte la voz.
  • A ti, que por motivos de la vida, no puedes asistir pero animas desde casa con la camiseta azul puesta.
  • A ti, que esperas cada fin de semana para ver a nuestro equipo jugar.
  • A ti, que aguantas burlas constantes sobre nuestra masa social.
  • A ti, que soportas siempre la misma broma «¿ah existís?».
  • A ti, que cuando llegas los lunes al trabajo, o ves a los amigos y se ríen de que hemos perdido sigues con una sonrisa por dentro porque sabes que caer forma parte de seguir creciendo.
  • A ti, que peleas y luchas porque se nos trate como al resto de aficiones.
  • A ti, que disfrutas las previas con tu gente y luces tus colores en nuestra ciudad.
  • A ti, que eres feliz entrando por las puertas del Coliseum.
  • A ti, que llenas el campo con saludos, sonrisas y palmadas.
  • A ti, que formas parte de esta familia.
  • A ti, que celebras un gol y te abrazas con quien tienes al lado aunque no le conozcas.
  • A ti, que sufres cuando el equipo se cae una y otra vez.
  • A ti, que a veces no estas de acuerdo con los cambios de jugadores.
  • A ti, que aunque no te guste un entrenador o un futbolista, lo respetas por que nos representa en el terreno de juego.
  • A ti, que alguna vez has salido enfadado del campo pero los recuerdos han hecho que todo pasara.
  • A ti, que no entiendes porque nuestro presidente no nos ayuda.
  • A ti, que dices orgulloso pase lo que pase «¿Yo? Del Geta».
  • A ti, que formas parte de la marea azul.

!!!!!!GRACIAS!!!!!!

(JAVIER SORIANO (AFP))

Porque todos perseguimos un mismo sueño: nuestro 11º año en primera.

Porque a todos se nos punza el corazón y las lagrimas asoman a nuestros ojos cuando las cuentas, la gente o las circunstancias nos recuerdan que no estamos salvados.

A ti, te quiero dar las gracias por sumar tus palmas a las mías, por sumar tu voz a la mía, por ser parte de este equipo. Porque pase lo que pase, hemos soñado juntos, sufrido juntos, y ahora… nos queda nuestra ultima batalla, nuestra gran batalla, nos quedan 90 minutos. Ese tiempo es el que nos separa el cielo del mismo infierno. Pero sea cual sea el final de la batalla, no olvides que no estás solo, que mires a donde mires, a tu lado hay un azulón de corazón igual que tú.

Es el último partido de estos 10 años en primera, en Vallecas. Si vas, disfruta. Apoya y anima como si fuera al ultima vez. Si no vas, júntate con los tuyos. Cualquier sitio de Getafe (ver nota al final) es bueno y luego… vayamos juntos a recibir a los jugadores, para bien, por otro año mas en primera; para mal… mejor no pensarlo. Porque solo tenemos una cosa en la que pensar, solo una obsesión hasta el domingo: #aunpunto de seguir soñando.

Ahora a nivel personal y como nota, dar las gracias a todos los azulones que han compartido algún momento conmigo en el Coliseum, en los previos o en los viajes. Este equipo me ha hecho feliz deportivamente, pero en lo personal a dado a mi vida gente con una calidad enorme. No pongo nombres porque seguro que alguno me dejaría, pero todos vosotros sabéis quienes sois. Gracias por poder ser parte de este sueño, gracias por formar este sueño. Mención especial a la curva, y a la peña «El Increíble azul».

¡¡¡¡¡A por nuestra última batalla….!!!!!!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡Hasta el Final, vamos Geta!!!!!!!!!!

Capitana Azúl – @MEsther86

(*)Nota de @TiefBlauGetafe:

Definición de Getafe:

  1.  Municipio al sur de Madrid.
  2. Dicesé del suelo pisado por todo azulón de cualquier lugar del mundo en el momento preciso que piensa en el Geta.

(Juan Aguado (Marca.com))

Un sentimiento

Afición del Getafe en el campo del Racing de Santander en lucha por la salvación. Obtenido de http://www.azulones.es

¿Cómo lo escribo para que lo entiendas? Aunque mejor dicho, esto no se entiende, se siente. Aunque con tantos palos, ataques y faltas de respeto que sufrimos, he de reconocer que una  vez me tuve que parar y pensar si todo esto merecía la pena. Pero en ese momento vi el escudo. Me llené de momentos vividos en el estadio, fuera de él y no pude más que emocionarme y llenarme el corazón. Sentí esa felicidad y entonces comprendí que esto era amor, y que eso nunca va a cambiar.

Duele, claro que duele. Estamos cansados, agotados, sin paciencia. Las frases: -“El Coliseum, campo muerto, vacio y frio”, -“¿del Getafe? Ah pero, ¿existís?”, -”Getafe no tiene afición” nos hacen daño, pero cada vez nos unen mas. ¿Qué regla hay escrita donde se diga que es mejor aquella afición que llena un estadio, que la que apoya, no deja de animar y está ahí con el equipo? ¿Es más importante la cantidad de afición a la calidad de ésta? Para mí no, no lo es.

Aquellos que no lo vivís no lo podréis llegar a comprender pero el Coliseum es una casa. Todos nos conocemos, sabemos cómo estamos, nos juntamos, nos reímos, charlamos, estamos entre amigos: es nuestra familia. Una familia a la que se daña cada jornada pero que nadie dice sus cosas buenas. Una familia de la que nadie dice nada de lo orgullosos que estamos de los 10 años que llevamos en primera.  Nadie habla de los que cada jornada estamos ahí. Y se nos olvida. Nos borran del mapa.  No contamos para nadie.

Son tantos los recuerdos que tengo, las experiencias vividas con tantos de vosotros. Seguramente que tú que estás leyendo esto haya compartido contigo, a tu lado, alguna sonrisa de las que el Getafe nos ha dado, de todos los recuerdos que nos ha dado en tantos años: en primera, en segunda, en Europa  o por las ciudades de España, en épocas mejores o peores; pero siempre hemos estado, siempre orgullosos hemos dicho: Somos del Getafe.

No voy hablarte de la política del club, del presidente, no quiero.  Esto es nuestro. Tenemos que comprender y entender que estamos juntos, unidos; que aunque llueva de todo sobre nosotros siempre sacaremos pecho por nuestro equipo. No nos rendiremos. Permaneceremos juntos, con un solo sentimiento, el azul.

No todo va a ser siempre perfecto. Sabemos que habrá malas jornadas y buenas, malos momentos y buenos. Sabemos que siempre miraremos atrás y recordaremos aquellas noches paseando por Europa, aquellas finales de copa del rey. ¡Hemos disfrutado! ¿eh? Y todavía nos quedan, ¡seguro que nos quedan!. Pero es nuestra historia. Es lo que somos, de dónde venimos y como nos vamos formando.

Esto es solo para darte fuerzas, para que no te rindas, para que te sientas orgulloso de este pequeño club, con su pequeña historia, con su pequeña afición, pero que somos muy grandes, que somos como las pequeñas y mágicas cosas: difíciles de encontrar pero de gran calidad.

El orgullo por nuestro equipo es poco entendido, a veces mal mirado, pero es un orgullo que cada día, jornada, temporada y año, seguirá estando. Y tú formas parte de ello.

Este artículo ha sido escrito por un colaborador azulón al que le agradecemos su aportación.

Una vez más el sambenito. Carta abierta a los periodistas deportivos.

Por enésima vez ha vuelto a suceder. Un periodista deportivo ha vuelto a utilizar el recurso fácil de hacer una gracia o comentario bastante desafortunado sobre el poco público que acude al Coliseum. El burlarse de la afición del Getafe o el insistir sobre la escasa asistencia al campo se ha convertido en una tradición, como aquellas coletillas de «las espadas en todo lo alto» o el «son once contra once» de las retransmisiones radiofónicas de décadas pasadas. Ha vuelto a suceder y como suele pasar cuando llueve sobre mojado, empapado en este caso, la afición del Getafe ha vuelto a entrar en cólera por sentir que le han vuelto a faltar al respeto, que le han vuelto a insultar de manera injustificada. Volvió a ocurrir y el periodista fue reprendido en las redes sociales, algunos de manera educada y otros llegando al insulto más encarnizado. Ahora el periodista se sentirá «perseguido» e «injustamente» maltratado por esta afición enfurecida, y alguna vez, pocas veces, se excusará por twitter ante unos pocos seguidores reconociendo parte de su error, y desde su pedestal mediático comentará indignado lo poco que se le respeta ya que no se admite su «público» arrepentimiento. Pero es que ese periodista, la mejor de las veces, no es consciente en absoluto del gran daño que ha causado una vez más. Su pedir perdón a posteriori, con la voz queda y en petit-comité no remedia absolutamente nada, no sirve para nada, es totalmente inútil; solo calmará su conciencia sobre un asunto que habrá olvidado en cinco minutos. Luego, al día siguiente, el aficionado del Getafe, el que se sacrifica para pagar su abono, el que sufre las inclemencias del tiempo en ese estadio abierto a la lluvia y al viento, el que no tiene voz ni en la prensa ni en la radio ni en la televisión; ese aficionado acudirá al trabajo o a clase y tendrá que sufrir las burlas de sus compañeros otra vez sobre lo que vieron, escucharon o leyeron el día anterior de ese periodista con su gran inspiración, con la consabida coletilla: «Los tres o cuatro aficionados del Getafe». ¿Que arreglará ese periodista con su disculpa de compromiso a 20 ó 30 tuiteros enfadados cuando sus palabras vejatorias han sido escuchadas por cientos de miles de personas ajenas a las redes sociales? ¿De que servirá una somero «lo siento» cuando se reitera mil y una vez de manera directa o sibilina la idea de «El Getafe es un equipo sin afición»?

Mi equipo tiene colgado el «sambenito» de no tener afición, de tener una mala afición, de no merecerse estar en 1ª división con esta afición. Yo soy parte de esta afición insultada continuamente por los medios de comunicación y por su público. Y no tenemos ninguna posibilidad de defendernos de ello. El «sambenito», para quién no lo sepa, en origen era un ropaje impuesto por la inquisición a los judaizantes y herejes como paso previo, en la mayoría de las veces, a la ejecución en la hoguera dentro de un acto de fe en la plaza mayor del pueblo para divertimento de la plebe. Nuestro caso, sin duda, no se puede comparar con este tan extremo, pero en el fondo yace la misma idea: sacar beneficio del abuso del débil, del que no tiene posibilidad de réplica, del que por mucho que se le dañe no puede hacer nada en absoluto. Todo ello se ejecuta para el entretenimiento de la gran mayoría, de la masa informe que con su desinformación se siente superior a ese otro que es vejado públicamente una y otra vez, que no tiene derecho a nada por pertenecer a un grupo estigmado, el débil, el otro, la minoría. Esa gran masa que luego consumirá la bebida, comprará el coche, viajará al sitio que la publicidad le invita a comprar entre broma y broma malintencionada contra el pobre que no puede hacer nada, cuya voz no se escucha entre los millones de carcajadas de ese gran público consumidor del entretenimiento de bajo nivel intelectual y del cual el periodista cobrará su parte. ¿Que importa que sufran unos pocos si mantenemos a la mayoría entretenida y ganamos dinero por ello?

Actualmente la prensa deportiva tiene una crisis de principios y valores. No es que lo diga yo, lo han dicho varios periodistas que ven como su oficio ha pasado del informarse, comunicar y entretener, a solo un show que apenas ofrece información. Se ha ido del periodismo a las lentejuelas. Los espacios deportivos se han convertido en una especie de «Tómbola» en el que se rellena el tiempo dando la mayor cantidad de gritos posible por que es «lo que ahora vende». Se entablan discusiones acaloradas con las venas del cuello hinchadas durante semanas sobre un tema intranscendente hasta que salta otro nuevo asunto para vender al consumidor. Y con este sistema, cuando hay que informar realmente del Getafe y no se tiene nada que decir porque no se tiene ninguna información ni interés por obtenerla, se utiliza el recurso fácil y barato, hacerse el gracioso burlándose del más débil, del que no se puede defender. Y da lo mismo que los aficionados, personas que el único pecado que han cometido es ser una pequeña minoría de un equipo modesto, sufran un castigo público inmerecido si el periodista ha conseguido sus 30 segundos de relleno a la espera de que aparezca una nueva noticia del corazón que tenga que ver con su Real Madrid o su Barça, «que es lo que realmente vende».

Si eres periodista y has llegado a leer este texto, mi agradecimiento y enhorabuena. Seguro que habrás encontrado que está redactado fatal (no me dedico a esto y se nota), que tendrá faltas ortográficas y gramaticales más que me pese. Por lo menos te interesa lo que digo lo suficiente para seguir leyendo este ladrillo.

Llegados a este punto te quiero pedir que te hagas un gran favor a ti mismo. Infórmate de como se ha llegado a esta situación antes de hablar de nosotros, deja de utilizar el recurso barato de «el equipo sin afición» cuando todos los campos de fútbol se están vaciando a pasos agigantados, objeta públicamente sobre los comentarios que hagan tus compañeros en directo sabiendo que al menos 6.000 personas nos sentimos muy ofendidas por ello. Si no lo haces así, si al menos no lo intentas ¿que te diferencia de un «tronista» del corazón, del bufón que se burla del inocente para hacer reír a la masa, de un soldado que echa esclavos indefensos a los leones para el divertimento del pueblo romano?

¿Que te queda del periodista que querías ser y en que te estás convirtiendo?

Afectuosamente, un aficionado del Getafe

POSTDATA O REFLEXIONES TARDÍAS
 
Reflexión Nº1:
 
Aunque la disculpa por twitter me siga pareciendo que no arregla casi nada, siempre será más de agradecer esa disculpa que la soberbia de unos con su silencio, o la cerrazón en una justificación peregrina.
 
Reflexión Nº2:
 
Sé que critico muy duramente en este texto el camino que está llevando el periodismo deportivo. Se está convirtiendo en un embrutecedor más de una masa social que ya estamos bastante embrutecida y que queremos consumir productos cada vez más embrutecedores. Esta caída en barrena de la inteligencia que sufre esta sociedad y con ella el periodismo, se retroalimenta y no parece tener fin. Nos estamos convirtiendo en unos auténticos imbéciles profundos, yo el primero. No pretendo generalizar atacando a los periodistas; muchos, la mayoría, son las primeras víctimas de esta situación. Como una «aprendiz de gran periodista» me ha indicado, gran parte está en la obligación de meterse en este circo contra su voluntad, hay que sobrevivir lo mejor que se pueda. Como dice el refrán, en el pecado llevas la penitencia. Ánimo.
 
Mi intención es hacer saber que las «inocentes» bromas no lo son, nos hacen muchísimo daño. Cuando una «broma» se repite tantas y tantas veces deja de serlo, es un ataque personal. No es cuestión de sentido del humor o paciencia. Eso pudo ser las mil primeras ocasiones, pero todo tiene un límite.
 
Son malos tiempos para la lírica