Disfrutando del Bordalismo

Gracias Bordalás.

Así escribí un tuit después del partido contra el Sevilla Atlético. Era mi sentimiento a la salida del Coliseum. Acababa de ver un partido de un equipo, mi equipo, rocoso, peligroso para el contrario, muy incómodo, con la sensación de que el contrincante se está enfrentando con un muro lleno de espinas. El Getafe se ha convertido en un campo de minas, en un laberinto lleno de trampas, en el nudo Gordiano que ni Alejandro Magno podría cortar. El Getafe ahora mismo da la sensación de que los partidos se juegan tal y cómo el Getafe decide que se jueguen. Ahora se corre, ahora se para, ahora te dejo el balón, ahora el balón es mio. Y a estas sensaciones se añade la certidumbres de que el catalizador de esta situación es José Bordalás.

Era septiembre y la ilusión del principio de temporada se había evaporado. El equipo no carburaba. A los jugadores parecía que se les había olvidado jugar al futbol. Teníamos 11 jugadores corriendo por el campo como pollo sin cabeza. Dábamos sensación de que podíamos perder con cualquiera. Y el 25 de septiembre, el Girona, nos pasó por encima. Nada salía bien a Esnaider y los jugadores no sabían cómo reaccionar. La impresión era la de un equipo descendido a segunda B, y todavía faltaban muchos meses para finalizar la liga. Nos veiamos sufriendo esta temporada lo que no está en los escritos. Y llegó Bordalás.

Primer partido en el estadio fetiche para muchos azulones, el Heliodoro Rodriguez en Tenerife. Empate a cero, partido aburrido pero en el que se comenzó a ver los cimientos del equipo actual. No nos deben meter nunca gol. Tiros a puerta del Getafe: 5. Tiros a puerta del Tenerife: 0. Después hubo más partidos, más empates y victorias, un tropezón, y otra racha de victorias. Ahora estamos en puestos de play-off a 3 puntos de aquel Girona que nos vapuleó en septiembre y que va segundo. Se habla de «el efecto Bordalás».

Esta historia acabará como acaban todas las historias, bien o mal, en cinco minutos o en cientos de años. Por eso la disfruto ahora, en este momento. La disfruto igual que lo hice con el gol de Gari Uranga. La disfruto igual que el partido contra el Totteham. Disfruto ahora porque mañana será otra historia, … o no. Por eso, ahora, gracias Bordalás.

Deja un comentario