Reinstalando

Estoy jodido. Estamos muy jodidos. Me he quedado vacío, cómo si me hubieran extirpado algún órgano interno por arte de magia. Siento frustración, ira y cada media hora más o menos, me acuerdo de los difuntos de algunos especímenes. Que si el amigo Marcelino, que si la afición del Betis, que si la afición del Sporting, que si el gran intelectual Dani Ceballos, que si Los Manolos, que si Merchán, que si Juanma Castaño, que si Quique Pina, que si Ángel Torres, que si Fran Escribá, que si Pedro León, Álvaro Vázquez, Scepovic y toda la banda, que si la LFP, que si el empedrao,… y volver a empezar.

Supongo que algún día, más pronto que tarde, se me pasará. La frustración, que las ganas de ciscarme en alguno seguro que tarde un par de minutos más. Algo que he aprendido en mi corta edad, tengo taitantos, es que el dolor acaba pasando. Y de esta amargura suelen brotar los recuerdos más dulces (ooooooohh… que mono). El cerebro es un tipo listo, … siempre que no veas Deportes Cuatro, claro. Corres cierto riesgo de lobotomizarte. Y al fin y al cabo, esto es solo fútbol. Una de las mejores escusas para tomarte una cerveza con los amigos o los “pseudoenemigos” que se equivocan siendo de otro equipo. Se les acaba cogiendo cariño a los animalicos.

Así que ya me estoy empezando a planificar para cuando se me pase este mal rollo. Lo primero es pasar de los trolls. Hay una máxima que dice: “No te rebajes al nivel de un imbécil. Siempre te ganará por experiencia”. Así que si me encuentro algún gilí tocándome los tiroriros en Twitter, block+spam. Que se divierta tirándose pedos en una silla de rejilla, pero conmigo no. Lo segundo, ampliar esa extraña habilidad que tengo con el dedo pulgar de la mano derecha. Cuándo hago zapping y por casualidad aparece en la pantalla el Sálvame, en menos de una décima de segundo, instintivamente, he vuelto a cambiar de canal. Pues eso mismo con ciertos elementos teleabusivos. Y en la radio, tener preparada alguna emisora alternativa para el cambio rápido cuando aparezca Juan Manué o similar.

Seguro que me dejo algún truqui, pero creo que la idea va quedando clara. Carpe diem.

¿Y después?

Pues como se arreglan la mayoría de las cosas, habrá que reinstalar. Ya tenemos hechas las copias de seguridad de los recuerdos buenos en el disco duro. Hacemos una revisión que no nos hayamos dejado nada por ahí … y a formatear.

“Que bonito. Formatear. Pero luego habrá que poner algo ¿no? “. ¡Hombre, claro! Si no que necesidad teníamos de borrarlo todo. Lo primero que hay que instalar, la gente esa que está como tú. Mal de la cabeza o con algo del riego. Esas rarezas que andan sueltas por ahí que los Barsamadrileticos no entienden, ni entenderá. Recordad lo que os había dicho de ciertos programas de televisión y el cerebro. Shh… caca.

Hay que pintarlo todo de azul. Todo muy bonito. Con su escudo de Getafe, su aro azul, su balón. Muy cuqui todo. “¡Maestro! Que se nos ha olvidado la pintura azul” Pues alguna equipación de rojo. No problemo.

-¿Y a los mandos?

– Pueeeessss…. Esteeeeee…. Puesss…… pues el de antes.

– ¡¿Tú estás loco?!

– Es que son lentejas.

-¡Cago’n en la calavera de Luca Toni!

– Bueno, ya lo hizo bien antes. Habrá que darle una oportunidad ¿no?

– ¡Grrrrrrrrr….!

Pues se nos olvida una cosa muy, muy importante. Estrenamos categoría. Y como tal hay que comportarse y metérselo en la cabeza. Segunda no es primera. Segunda no es primera. Segunda no es primera… Tanto el señor de barbas cómo el chaval que va con su padre al futbol, tienen que grabarse a fuego esta idea: Segunda no es primera. En segunda división no se juega igual que en primera. Los equipos salen más motivados al jugar contra un grande (ay, que bonito suena) que acaba de llegar a los barrios más humildes. Son promesas en ciernes que te quitan la pelota por velocidad o jugadores experimentados que te quitan la pelota, el tobillo, la tibia, el peroné, la muela del juicio y la caspa de un hachazo.

Y la afición no puede comportarse igual. Es tanta la igualdad en segunda división que el hecho de animar, berrear, abuchear, gritar, silbar y airear las bufandas (todo desde el respeto, que nosotros no vemos a los Innombrables) para forzar situaciones que nos favorezcan son puntos extra que valen oro. Y el silbar a nuestros propios jugadores por qué has tenido bronca con el jefe pues no. Y el callarte porque estás comiendo pipas, pues no. Y el llegar 15 minutos tarde e irte 15 minutos antes por no pillar atascos, pues no. Y el ser tan poco listo por mirar con recelo a otro grupo de animación porque nosotros llegamos antes o porque nosotros somos más guays, pues no.

Y por todo lo que queráis del mundo mundial… ¡queréis hacer el favor de inventar un cántico de animación que no sea la versión de la versión de la versión de la versión de lo que se canta en todos los estadios! Y algo sencillo, y que sea siempre lo mismo. Que a los empanaos nos dé tiempo a aprendérnoslo y sepamos cuando hay que cantarlo. ¡Y ORGANIZACIOOOOOOÓN….! ¡Que somos la GRANDIOSA MINORIA! (nota mental: un cántico con “Somos una Grandiosa Minoría” no estaría mal. Habrá que buscar música y letrista).

-¿Y ya está?

– Pues no. Quedan muchas más cosas, pero es que esto se está quedando un poco largo

-Vale. ¿Nos veremos en el Coliseum?

– No lo dudes

Que poquito nos queda

Ya se va acabando el verano y vamos volviendo a la rutina. Quedan pocas semanas para que se acabe el calor y el solecito. Ahora nos miramos en el espejo y vemos los resultados que han dejado en nuestros cuerpos esas terracitas y esas siestas maratonianas. Algunos habréis estado en la playa, otros en la montaña o habréis disfrutado de una ciudad casi vacía en verano. Pero se acaba.

Y con el final del verano te acuerdas de esa «maldita» pasión tuya por el Geta. Sí, el abono está en la repisa del armario desde julio. Cosas del tío de la barba y de las fechas de renovación. Las bufandas, la gorra, las camisetas, todo en orden. Bueno, todo no.

El corazón, ¿dónde lo habré dejado?. Ah, ya sé. Después del partido en Vallecas estaba bastante agotado y lo guardé. Lo he buscado y está arrugadito en un rincón del cajón. Pobrecito. Lo he sacado, le he quitado el polvillo y unas pocas telarañas. Pero aún así no tenía muy buen aspecto.

Lo he puesto en la ventana para que le dé el solecillo, a ver si con el calorcillo mejoraba. Y algo ha mejorado pero no lo suficiente. Este corazón mio creo que necesita un poquito de alimento para ponerse en forma.

Me he puesto a seguir los posibles fichajes y bajas del equipo. A empaparme de como ha sido la pretemporada, a ver videos de partidos. Y mi corazoncito azulón ha comenzado a latir poquito a poco. Como veía que se animaba le he puesto el himno del Getafe y me ha sonreído.

Lo he vestido con su camiseta y le he recordado que este finde ya hay partido en Vigo. Hemos visto juntos el 4-0 al Barça, y nos hemos puesto como locos con los goles de Pachón. Hemos discutido que si este año luchamos por Europa o bastante tenemos con aguantar un añito más. Nos hemos reído recordando a «Dinamita Guerrón». Y no he querido sacar lo del Bayern, que todavía no le veo preparado.

Pero creo que me he pasado. Se ha puesto enorme. ¿Ahora como llevo este corazón para ir a Coliseum?

Ángel Urquiza – Panoramio.com (Corazón Azúl – Delft – Paises Bajos)

 

El fútbol es un estado de ánimo.

(noticiasparagetafe.com)

El fútbol es un estado de ánimo. Esta frase se repite cada poco tiempo en alguna entrevista o tertulia deportiva. Parece ese imponderable que va en contra de la razón. ¿Un estado de ánimo, el futbol? En esa frase se está diciendo que la mentalización y el optimismo de un equipo pesa de manera muy significativa en el resultado final. Es decir, que sumando el entrenamiento diario, la forma física, la calidad técnica y táctica, todavía deja un buen margen para que esa animosidad del equipo se note mucho en cada partido.

En el siglo XVI y XVII, la primera infantería de marina de la historia, los tercios de Flandes, aplastaban a la mayoría de los ejércitos del centro y norte de Europa. Eran soldados hambrientos, sin equipación suficiente, buscando una vida lejos de la mísera de las españas. ¿Cual era su secreto para derrotar de una manera tan brutal al enemigo? Sencillo, no podían rendirse. Solo cabía la posibilidad de la victoria o la muerte segura. El enemigo, siempre podría huir y esconderse, los soldados españoles no. Esa era su fortaleza.

No hace demasiado tiempo un equipo recién ascendido, el Getafe el 13/03/2005, recibió por primera vez la visita del Real Madrid de los galácticos: Zidane, Raul, Ronaldo, Figo, Casillas, Roberto Carlos, … Sobre el papel, este equipo tan modesto debería haber sufrido una dura derrota a manos de esos jugadores tan míticos. Pero no fue así. El Getafe salió victorioso de aquel partido con un resultado de 2 a 1, goles de un jovencísimo lateral, Raúl Albiol, y de un ex-canterano del Real Madrid. Riki. Ese equipo no tenía nada que perder, no tenía miedo a la derrota. Por eso ganaron.

El Getafe ya ha pasado por peores crisis que estas. Su desaparición y renacimiento en las categorías regionales en 1983. El homicidio de Sebas, un joven jugador de Villarreal que comenzaba aquella temporada en un Getafe en 2ªB. Un partido dramático en Santander para mantener la permanencia y conseguirla por solo un gol de diferencia contra el Betis en el 2009. Ya sabemos lo que es soportar la adversidad. Somos el Getafe.

Hay una guasa en la afición del Getafe en estas ocasiones. No me preguntéis muy bien el porqué, que yo no lo sé. Aunque algo me sospecho. Cuando el equipo no sabe muy bien como sacar los partidos adelante, cuando hay dudas entre los jugadores y la afición. En ese caso hay que llamar…. al podólogo. Alguno ya me contará de donde viene exactamente esta historia ¿vale?. Pues el podólogo parece que es necesario en este momento. Es necesario el cambio de ánimo del equipo, acabar con los miedos a la derrota que como explicaba al principio parece ser tan importante como el entrenamiento y las charlas técnicas. Un cambio de ánimo en los jugadores que no se paren a lamentarse por el error cometido en la jugada anterior, que solo piensen en el momento, en el instante. Porque no hay nada antes ni después mientras se juega el partido. Solo tus compañeros, tu afición y el balón. Solo eso.

Volviendo a la historia. Aquellos soldados malencarados, zumbándoles la metralla alrededor, con sus picas en ristre durante la batalla, no creo que pensaran en lo que había pasado ayer, en lo que dejaban en casa, …  En su mente solo tendrían la imagen de dar un paso más, uno más. Apretados hombro con hombro con sus compañeros, sus hermanos. Otro paso que seguimos vivos. Otro paso más. No podemos retroceder porque no hay donde retroceder. Otro más. Estamos más cerca. Otro. Solo pensando en el próximo paso. No hay ni ayer ni mañana, solo ahora. Otro paso más. Sin mirar atrás. Sin pensar en mañana, porque el mañana, ahora, no existe.

Historia de una «aficionada» azulona – I

Soy una bufanda del Getafe.

No se que hora será, por lo que no sé si tengo que saludar con un buenos días o unas buenas noches. En todo caso saludo a todos ustedes que lo de ser humilde no es excusa para no ser bien educada.

Se que les parecerá extraño. Yo todavía no logro entender del todo como es posible, pero es completamente cierto. Están ustedes leyendo las memorias de una bufanda. ¿Increíble, verdad?. Y no soy una bufanda cualquiera, soy una bufanda del Getafe y estoy muy orgullosa de serlo. Seguramente que me hayáis visto más de una vez los que vais al campo. Soy de esas bufandas antiguas, gruesas, todas hechas de lana azul menos las letras blancas donde pone GETAFE.C.F. s.a.d., la bandera de España y el escudo del Getafe en los extremos. Ahora hay otras más modernas, pero entonces casi todas éramos así.

Mis primeros recuerdos son de una mañana de domingo en enero y hacía mucho frío. Estaba con más compañeras en un tenderete en la puerta del Coliseum. Allí me encontraba yo bastante esperanzada de que me comprara alguien aprovechando el frío que hacía y lo calentita que soy. Y llegó mi actual dueño y preguntó: “¿A cuanto son las bufandas, jefe?”, – “A 1.000 pesetas las normales y a 1.500 pesetas las gruesas”,- “Pues déme una de las gruesas que hoy no va a haber manera de entrar en calor”. Ya hace tiempo, todavía andábamos con las pesetas.

Mi dueño me anudó a su cuello y nos fuimos con sus amigos a tomarnos un caldito calentito con jerez dentro del estadio antes de que empezara el partido. Se veían muy animados, venía al Coliseum el Albacete Balompié, un equipo que había jugado en primera división hasta hacía poco y podía ser un gran partido. Colgada del cuello mientras mi dueño estaba de pié apoyado en la barrera, veía como unos jugadores de blanco y otros de azul movían un balón por el campo. Enseguida me cayeron simpáticos los chicos de azul, vestían de mi mismo color, ¿como no me iban a gustar?. Pero nada más empezar el encuentro nos marcan un gol. ¡Que fastidio! No reproduzco aquí lo que dijo mi dueño y sus amigos en aquel momento, pero os lo podéis imaginar. Yo no entendía el enfado en aquel momento, claro, es que yo no tenía ni idea de futbol como comprenderéis. Enseguida deje de escuchar a mi dueño y sus amigos para atender a lo que pasaba en el campo. Sentía el miedo de toda la gente del campo cuando los del Albacete atacaban y la esperanza cuando lo hacía el Getafe. Pasado un rato, uno de los de mi equipo, los de azul recordadlo, consiguió marcar un gol al Albacete, era el empate a uno contra el Albacete. Y entonces se oyeron miles de gritos cantando el gol a la vez, y en un visto y no visto, me quitaron del cuello para empezar a darme vueltas en el aire. Aquello era una locura, yo no podía parar de reír. Todo el campo daba vueltas y veía como más bufandas como yo giraban y giraban en el aire. Y se oía el grito de Getaaaa, Getaaaaa… ¡¡que felicidad más grande!!  Y yo con mi voz de bufanda gritaba Getaaaa… Getaaaaa… dando vueltas en el aire. ¡¡que alegría!!.

Al finalizar el partido todo el mundo estaba muy contento. “Un puntito contra el Albacete”, “Contra el Albacete nada menos, a ver si conseguimos salvarnos”… y todo el mundo salía del campo sonriendo, y dándose palmaditas en la espalda. Y nos fuimos a celebrarlo tomándonos unos botellines antes de volver a casa para comer. «¿Cómo hemos quedado?» nos preguntó un viejecillo sentado en un banco. «Empate» dijo mi dueño y con voz de orgullo continuó: «contra el Albacete». «Vaya. Esos son buenos». Y yo comencé a sentirme orgullosa de mi color y de mi equipo; y deseando volver al campo para poder volver a gritar «Getaaaa…. Getaaaaa….» con mi voz de bufanda. Quería volver a dar vueltas en el aire celebrando los goles del Getafe.

Continuara…

El «esto» de los 10 años en primera

El Getafe cumple 10 años en primera división y parece que el club está dispuesto a echar el resto por la ventana, el resto y a todos nosotros como se les sigan ocurriendo ideas como esta.

En un gesto de buena voluntad a alguien se le ha pasado por la cabeza que si el Real Madrid tiene a Plácido Domingo, el Atlético tienen a Joaquín Sabina y el Sevilla tienen a El Arrebato… el Getafe no iba a ser menos. Nuestro club va a tener un himno modernizado, con un toque lírico que represente al Getafe por allende los mares.

Estas ideas, que en principio no son malas, en el momento de llevarlas a cabo chocan con la cutrez y la falta de ganas de soltar pasta con conocimiento. Así que no se a quién se le habrá encargado esta «revisión» del himno que sospecho que habrá cobrado poco o nada. Por lo que ha dedicado un par de minutos a instrumetarlo con su iMac (apostaría que en esta versión no hay ni un instrumento musical físico, todos está hecho en base a samplers bajados con uTorrents) y una vez compuesto algo que se asemeja aparentemente al himno, se mete en el estudio de grabación a una muchacha, que no tiene mala voz, pero que no sabe leer música ni ha oído anteriormente el himno. Así que la pobre chica ha hecho lo que ha podido con una base instrumental de plástico mal empatada y el resultado final ha sido «esto».

Pudiera ser que yo no estuviera en lo cierto, y sin duda no tengo conocimientos musicales destacables. Pudiera ser que el club haya hecho un dispendio importante de dinero y que se haya invertido para que un buen productor músical haya implementado un tema novedoso y que todo se haya hecho con la última finalidad de que quede exactamente así. Pues yo si fuera alguno de los participantes me quedaría calladito porque como «tema musical» da grima.

¿Que hubiera costado, digo yo, contratar a la banda municipal de Getafe o a los alumnos del Conservatorio para que tocaran el himno correctamente? Y si se quería un toque novedoso en el himno, pues hay grupos musicales «azulones» que seguramente no les importaría hacer una versión «pop-rock» del himno que nos compuso el Maestro Mariano Moreno.

Así que creo que lo mejor va a ser no darle ninguna publicidad a «esto» a ver si la gente se olvida pronto.

Del como y porqué de este sitio

Hace unos días cerró uno de los foros de internet que se dedicaban a juntar a los aficionados del Getafe. Daban información de lo que ocurría en el club y todo lo que le rodea, algo que es tremendamente difícil obtener si eres de un equipo que es el último mono de la primera división, al lado de gigantes y siendo observado por ciertos seres de clubes «históricos» de provincias.

Este foro no es ni el primero que se cierra, ni el último que quedaba. Hay más sitios donde los azulones (para los no versados, aficionados del Geta por al menos uno de los cuatro costados) se juntan a hablar de los últimos rumores, contar batallitas de tal o cual partido, o a discutir enérgicamente por lo correcto o no de la estrategia del último entrenador del equipo. Son lugares de batalla encarnizada entre iguales o de enervación colectiva por tal o cual proyecto.

Ahora muchos de los «foreros» me los encuentro en las redes sociales, sobre todo twitter (yo soy @tiefbluagetafe), y puedo seguir hablando con ellos de futbol o no futbol. Pero como dije en algún momento, un foro es un sitio en el que te encuentras agusto porque conoces a todo el mundo. Twitter está bien, muy bien, pero te falta algo. Recordé al bar de la esquina en el que todo el mundo te saluda al entrar, en el que cualquiera participa de la discusión de dos que están hablando en la barra por el simple hecho de que nos conocemos todos. Un foro es eso. Y los azulones tenemos pocos «bares de la esquina».

Y pensando, pensando, llegué a la conclusión de que era necesario abrir otro bar, otro sitio de azulones. Pero ¡ah!, yo no tengo tiempo de mantener un foro, ni tengo esa capacidad de enterarme de lo último que pasa en el Getafe, ni he hablado nunca con Toni Muñóz, yo lo más que he hecho ha sido opinar desde mi ignorancia. No puedo hacer un foro, no tengo ni tiempo ni capacidad para ello. ¿Que hacer entonces? Y recordé mis ladrillos escribiendo mis opiniones, mis recuerdos como azulón y mi manera de contar las cosas. Lo que me gusta enredar.

Pues visto lo visto, se me ocurrió que lo mejor era crear un blog que requiere mucho menos mantenimiento. Si observo que esta aventurilla es viable, pienso crear desde él una plataforma para que otros azulones tengan un sitio donde compartir sus cosas, sin prisas, sin compromisos, a su ritmo y a su aire. No tendremos discusiones, pero para eso ya tenemos el twitter.

Veremos cuanto dura.

¡Camarerooooo ponganos otra rondaaaaa!!!Imagen